viernes, octubre 14, 2011

Nadie muere solo...

Fragmento de la historia ganadora del concurso Historias extraordinarias 2011 gracias a lautopia.ning.com ...


Porque hasta hay dolores esperanzadores... de esas veces que uno muere dos veces o más cada día, para cuando la muerte cierta te encuentre no te sorprenda entre fantasías... algunos mueren de pie, aunque no supieron desde cuando con la muerte convivían... 


La gente paró de llorar casi instantáneamente cuando Pablo abrió la puerta irrumpiendo en los sollozos y lamentos del público presente, algunos eran acarreados para amenizar con gimoteos que más bien causaban risa, pero bueno, así se acostumbraba y así hasta malamente se divertían... el olor que despedía Pablo por aquella muerte era casi insoportable, el color de su cuerpo delataba su tormento, el sabor de sus lágrimas envenenarían a cualquier persona y de cualquier peso, de largos pasos y ya parado frente a su cuerpo inerte por el contratiempo, el silencio de todos menos uno se endurecía... entre gritos que iban y venían desde blasfemias hasta palabras tiernas, los dolientes quedaron atónitos, jamás en la existencia de sus días habían presenciado tanta muerte, de la chica allí tendida y del hombre que más niño que nunca en ese instante parecía...

Algunos no lo soportaron, y corrieron y hasta creo vomitaron, el contagio de tristeza era irremediable, tanto así la amaba a ella que de igual intensidad su dolor ahora era, algunos de los que se quedaron estaban helados y momificados no pudieron alejarse y así vivieron aquél lacerante instante que más bien fueron tres tiempos:

La agonía de encontrarla más muerta que fría, el diálogo más estúpido y extraño para los ajenos, pero eternamente punzante para todos los testigos de aquél fatídico momento, aunque muchas palabras que por la boca de Pablo brotaban sólo las entendía su alma, dios y la inerte Esmeralda... y por último la despedida que le duró unos ochenta y tantos años en lenta y hasta a veces sensual agonía...

-Esmeralda mía ¿por qué me traicionaste con la muerte que es tan dura, escalofriante y sin medias tintas?¿por qué me dejas con las ganas de tocarte como aquél primer día? ¿por qué me enamoraste, con esa mirada que derramaste por mi cuerpo y alma como con nadie lo hacías? ¡Levántate! cofresito de mis amores ahora ¿dónde guardaré mis secretos?, secretos que sólo tú entre palpitaciones, escondías...


Esa tarde que me encontraste, reíste sin pausas y casi no respirabas, admirando la inocencia de la fobia que me congelaba desde los pies hasta la cabeza cuando en las alturas me encontraba, reíste tanto y tan auténtico, que se me olvidó el cruel padecimiento, me volvió la movilidad y bajé rápido aquella escalera interminable que de pronto se volvió mi amiga, pero tú no paraste de reír, me tomaste de la mano y contagiaste tú sonrisa, me jalaste hasta el suelo y el cuento me pareció eterno, fue ahí que nos conectamos desde el antigua concepción de nuestras almas hasta la culminación en el cielo...


¡Despierta ya mi joya más preciada! que aquí me arranco el corazón para ver si vuelves aunque sea a paso lento, compartiremos los latidos, latidos de este corazón que para ti y para mi alcanza para todos los tiempos, que aquí la piel me saco para no recordarte aún con la edad en el cuerpo, que aquí de la vida me separó para no extrañarte tanto...


Los presentes volvieron al llanto, llanto original no pagado, el dolor de ellos se apoderó, aún en lo lejos, en la distancia y en el tiempo, tres generaciones pasaron y aún la tristeza en los rostros se les marcaba, por haber vivido ese desencuentro, hasta los árboles a ritmo acongojado se mecían, hasta las aves del pueblo cantaban canciones con melancolía, hasta la gente se acostumbró a escuchar los pasos taciturnos del ánima de Esmeralda y como maldición para todos hasta que Pablo sanara... Esmeralda se murió y con ella todo lo que la tocó ya sea con los ojos, piel o con el sentimiento...

 Pablo enmudeció su cuerpo y esencia para el pasado y los nuevos tiempos, tiempos condenados a vivir para morir en silencio, con la única ilusión de que Esmeralda lo esperara para un nuevo encuentro...


Soy Maggy



4 comentarios:

Unknown dijo...

romantic! sobrio, lindoo :)

tonymoca dijo...

Excelente historia la de esos muchachos, claro con el toque de nostalgía que la muerte ocasiona, pero no por eso deja de ser linda.

Saludos!

cristy de la rosa dijo...

me absorbió,esta intensa,te hace leerla hasta el final,te hace estremecer y querer llorar!!!

cristy de la rosa dijo...

intenso,te hace leer hasta el final,te eriza la piel y hasta querer llorar!!