domingo, octubre 30, 2011

La niña de los ojos de agua...



Los recuerdos buenos y los no tanto, los recuerdos simples y los complicados, siempre te sirven de impulso cuando el cielo  tomas por sueño y deseo para vivir ésta vida... que por cierto ya esta pasando frente a este cuento...

Había una vez un no castillo, un perro y yo... sin príncipes ni reyes ni corceles, ni bufones, ni fiestas, ni banquetes, tampoco me alcanzó  para dibujar hadas, ni ratones que hablan, ni dragones, ni espadas encantadas; pero si había un gran viñedo según lo medía mi pequeño cuerpo, cientos de parras calculadas con mis diminutos dedos, desde el ras del suelo alcazaba a ver sus tronquitos retorcidos y tortuosos con demasiadas vueltas y rodeos que parecían infinitos pero no llegaban ni tan alto ni tan lejos, ahora ya lo veo, con sus hojas aterciopeladas y sus repetitivos picos, cinco para ser exacta en cada hoja verdosa, aunque parecían iguales, a mi no me engañaban, las veía tan de cerca y durante tanto tiempo que las conocía a todas, la mejor temporada de mi cuento fue cuando de las parras soñé y escapé del cruel tomento que dentro del castillo se escribía entre gritos, amenazas y dolorosos momentos ...

Babel era mi perro, un husky siberiano hasta que lo atrapé en el engaño y lo descubrí samoyedo, todo blanco, tan grande tan grande que podría haberlo soñado dragón pero echaría a perder este cuento, cada que me saludaba, un baño de baba y una arrastrada por el suelo. Babel era un ángel, ya sabes lo que dicen: "los ángeles no son como los pintan", era mi amigo, mi amigo fiel, el único que supo escuchar mis historias mágicas y aunque a veces se hacía el desentendido cuando de malos  y tristes episodios se trataba, pero yo sabía cuanto me adoraba y jamás nada ni su silencio le reprochaba. Babel y yo tomábamos largas siestas debajo de las parras, éramos tan cercanos que hasta juntos enfermamos de la panza no sé bien cuantas veces, por comer uvas endulzadas por nuestros hechizos y conjuros, pero amargadas por la asoleada que se daban, hacíamos hoyos en la tierra buscando tesoros, bueno, al menos Babel siempre los encontraba, tremendos huesos que yo no le recordaba él mismo los había enterrado y perdido en su mapa intuitivo del patio... no patio no, del viñedo de la casa... Unos columpios rojos en medio de los tintes verdes del jardín, eran causa de alegrías y mariposas en la panza cuando muy alto llegaba...

Desde el viñedo veíamos y escribíamos la historia oscura que se vivía dentro del no castillo, anotando en nuestro libro de la vida todos los sucesos, husmeábamos por las ventanas para ver si la calma por fin había hecho su entrada, pues allí, me parecía la gente deambulaba endemoniada.  Babel me repetía despacito con ladridos y gruñidos que de su lado no me alejará, debe ser que cuando me veía con los ojitos hechos agua, le dolía su corazón, porque estoy segura que tenía, si hasta le contaba los latidos cuando al médico en juegos lo llevaba, si hasta los míos sincronizaba con los suyos, para volver a la calma cuando agitada y asustada entre sus patas me escondía. Un dìa me llenó tanto de amor que negué a volver al no castillo, creo que a nadie le importó pues el mismo sol me encontró a la mañana siguiente, luego le pedí perdón por no encontrarme en mi cama como lo recibía yo siempre, esa noche contamos estrellas como contando borregos para conciliar el sueño, no pasé frío, ni sustos ni nada, era como bendecida durmiendo con mi ángel de la guarda.

Mi abuela era la mala de la historia según me aleccionaban, pero Babel y yo aprendimos a no escuchar palabras, preferíamos cerrar oídos simulando aprender el objetivo, nos escapábamos de vez en cuando, por el punto de la barda que más bajita de nuestro lado era,  para alcanzar el techo del castillo de la abuela, una señora chaparrita poco agraciada, con arrugas en las arrugas que contaban historias fantásticas, pero que a veces también de ella me escabullía porque aunque era tan buena y tan santa, seguido se empeñaba en bañarme cada que sus ojos me analizaban, eso sí, por mi, la abuela las manos al fuego metía, aunque a veces, las muchas, se quemaba, sabía abrazarme tan cierto y tan delicado, que hasta un suave pero insistente miedo me provocaba, ¿qué sabía yo de abrazos que no fueran los del perro grande y blanco? entonces de un segundo a otro de sus viejos y lánguidos brazos escapaba, pero se encargó de dejarme como herencia aún desde la vida, palabras que entonces no entendía yo pero que con reloj de los años retumbaron en mi cabeza hasta tomar forma y de ahí el perdón que más que los otros, yo necesitaría. Ella con su eterno y delicioso aroma a aceites, remedios de azogue, además de otros merjurges y cosas raras, siempre me decía: un día comprenderás que ellos perdieron su infancia y no tuvieron ni un perro que los acompañara, que la vida que les tocó les destrozó el alma, que sin querer o queriendo sus sueños que quebraron y pudrieron entre golpes y tormentos que se leen en su cuerpo y se notan en las palabras que por su boca desde su corazón emanan, no los odies nunca, perdónalos y tu alma será salvada. Luego me hacía repetir con ella chorrocientas oraciones y muchasmiles letanías, de esas no me quedó absolutamente nada.



La vida de la niña que siempre escapaba, se me fue de las manos como se va el agua, entre cuentos e historias inventadas, entre el viñedo del no castillo y el castillo de la abuela adorada, entre pelos blancos y babas encantadas. Poco a poco con el tiempo o el destiempo ya ni sé como llamarlo, se me fue olvidando el viñedo, el perro y las historias endiabladas, eso sí, aún llevo dentro a la niña de los ojos de agua...


Soy Maggy


martes, octubre 18, 2011

Dibujo de amor...

Tengo vivo el recuerdo de un día de clases, muy poco común, uno de mis alumnos dibujó un caballo cuando un dibujo de amor pedí, una niña trazó un gran corazón, otro a su familia, otro más a una niña, y al final uno ningún trazo me entregó, pues me dijo según su madre y la feria en que vivió... "el amor de extraños no existe, sólo existo yo"...ella una ley le grabó en el pensamiento y en su pequeño corazón... Te amo Kevin!! nunca te olvidaré!!!

"Cuidado de tocar almas inocentes con la daga de tu dolor"

...Este es uno de mis dibujos de amor... 

Debajo de la falda guardo silenciosos secretos de amor, de historias nunca dibujadas como las dibujo yo, con colores, aromas y sabores únicos en mí y que para mi interior guardo hoy...
Palabras  justas que solamente se pronunciaban cuando para amarte viví, minutos que se hicieron incontables cuando para disfrutarte al desvelo sin razonamiento me entregué a él como me entregué yo a ti, aroma singular que mi cuerpo producía solo para cautivarte, tiempos donde desde el verano y a la vuelta del calendario disponía yo de mí cuerpo, alma y cerebro para reinventarme a cada momento con el sólo propósito de seducirte hasta los sentimientos. Días de luz, donde el amor brota por los ojos, piel y boca como un predicamento, como para siempre, siempre enamorarte. Donde no puedes disimular la alegría y la felicidad que te invade todo pensamiento y por condición: todo lo que con ellos tocas aunque sea indirecto, que lo dibujas ya sea mujer u hombre, perfecto, que lo miras y lo miras desde dentro, que su silueta es agradable, que sus palabras te mecen como meciendo las ramas de los árboles por el viento suave, que su mirada te da vida y te alborota las entrañas, que su cabello huele tan bien que podría resucitarte...
De esos amores que te nacen desde los huesos, de esos amores que no te dan pesadez, que de tanto que amas te duelen los malos pensamientos, que de tanto que te entregas se olvida el tiempo...

Hoy, entre palpitaciones que agonizan con recuerdos de tu nombre, con recuerdos de caricias, tan valioso eres, como para inmortalizarte antes y hasta después de la bendita muerte. Como un círculo dentro de los círculos tu compañía se me acabó, más triste pero menos sorprendida pues desde que nació nuestra relación, destinada a morir entre las vueltas que da la vida, siempre lo supe yo. Que no mienta la mentira de que el amor no existe, que no se divulgue el rumor de que "para siempre" se contradice, que la vida es tan corta, que cuando se te va acabando entre sueños y cicatrices, quisieras volver sobre tus pasos, pero tarde ya lo decidiste...






"La vida de entre las manos como agua se nos va... que no se nos vaya igualmente el amor, como tatuaje, por siempre deberá quedar en el corazón..."

SoyMaggy

viernes, octubre 14, 2011

Nadie muere solo...

Fragmento de la historia ganadora del concurso Historias extraordinarias 2011 gracias a lautopia.ning.com ...


Porque hasta hay dolores esperanzadores... de esas veces que uno muere dos veces o más cada día, para cuando la muerte cierta te encuentre no te sorprenda entre fantasías... algunos mueren de pie, aunque no supieron desde cuando con la muerte convivían... 


La gente paró de llorar casi instantáneamente cuando Pablo abrió la puerta irrumpiendo en los sollozos y lamentos del público presente, algunos eran acarreados para amenizar con gimoteos que más bien causaban risa, pero bueno, así se acostumbraba y así hasta malamente se divertían... el olor que despedía Pablo por aquella muerte era casi insoportable, el color de su cuerpo delataba su tormento, el sabor de sus lágrimas envenenarían a cualquier persona y de cualquier peso, de largos pasos y ya parado frente a su cuerpo inerte por el contratiempo, el silencio de todos menos uno se endurecía... entre gritos que iban y venían desde blasfemias hasta palabras tiernas, los dolientes quedaron atónitos, jamás en la existencia de sus días habían presenciado tanta muerte, de la chica allí tendida y del hombre que más niño que nunca en ese instante parecía...

Algunos no lo soportaron, y corrieron y hasta creo vomitaron, el contagio de tristeza era irremediable, tanto así la amaba a ella que de igual intensidad su dolor ahora era, algunos de los que se quedaron estaban helados y momificados no pudieron alejarse y así vivieron aquél lacerante instante que más bien fueron tres tiempos:

La agonía de encontrarla más muerta que fría, el diálogo más estúpido y extraño para los ajenos, pero eternamente punzante para todos los testigos de aquél fatídico momento, aunque muchas palabras que por la boca de Pablo brotaban sólo las entendía su alma, dios y la inerte Esmeralda... y por último la despedida que le duró unos ochenta y tantos años en lenta y hasta a veces sensual agonía...

-Esmeralda mía ¿por qué me traicionaste con la muerte que es tan dura, escalofriante y sin medias tintas?¿por qué me dejas con las ganas de tocarte como aquél primer día? ¿por qué me enamoraste, con esa mirada que derramaste por mi cuerpo y alma como con nadie lo hacías? ¡Levántate! cofresito de mis amores ahora ¿dónde guardaré mis secretos?, secretos que sólo tú entre palpitaciones, escondías...


Esa tarde que me encontraste, reíste sin pausas y casi no respirabas, admirando la inocencia de la fobia que me congelaba desde los pies hasta la cabeza cuando en las alturas me encontraba, reíste tanto y tan auténtico, que se me olvidó el cruel padecimiento, me volvió la movilidad y bajé rápido aquella escalera interminable que de pronto se volvió mi amiga, pero tú no paraste de reír, me tomaste de la mano y contagiaste tú sonrisa, me jalaste hasta el suelo y el cuento me pareció eterno, fue ahí que nos conectamos desde el antigua concepción de nuestras almas hasta la culminación en el cielo...


¡Despierta ya mi joya más preciada! que aquí me arranco el corazón para ver si vuelves aunque sea a paso lento, compartiremos los latidos, latidos de este corazón que para ti y para mi alcanza para todos los tiempos, que aquí la piel me saco para no recordarte aún con la edad en el cuerpo, que aquí de la vida me separó para no extrañarte tanto...


Los presentes volvieron al llanto, llanto original no pagado, el dolor de ellos se apoderó, aún en lo lejos, en la distancia y en el tiempo, tres generaciones pasaron y aún la tristeza en los rostros se les marcaba, por haber vivido ese desencuentro, hasta los árboles a ritmo acongojado se mecían, hasta las aves del pueblo cantaban canciones con melancolía, hasta la gente se acostumbró a escuchar los pasos taciturnos del ánima de Esmeralda y como maldición para todos hasta que Pablo sanara... Esmeralda se murió y con ella todo lo que la tocó ya sea con los ojos, piel o con el sentimiento...

 Pablo enmudeció su cuerpo y esencia para el pasado y los nuevos tiempos, tiempos condenados a vivir para morir en silencio, con la única ilusión de que Esmeralda lo esperara para un nuevo encuentro...


Soy Maggy



viernes, octubre 07, 2011

Sueños: encuentros de almas y a veces cuerpos...

Con sus manos temblorosas y mordiéndose los labios, sin temor más que el de ser descubierto por sus propios juicios, que no eran muy aliados, se pregunta hasta cuándo controlaría sus instintos...

Siempre tímido siempre correcto, así deambulaba con vestiduras falsas por la vida que le toco vivir, una que lo ataba y sofocaba cada que su corazón, mente y cuerpo le estrujaba con pasión desenfrenada por tenerla a ella, ella que loco lo tenía desde su encuentro inesperado hacía apenas unos días, semanas o destiempos...

Soñando despierto y pensando dormido, su alma y cuerpo le entregaba, con escenarios perfectos entre sus brazos la estrechaba, entre suspiros lentos siempre la besaba, pensarás que cuando despertaba ya sea del sueño ya sea del pienso, él su cruda realidad odiaba, pero ¿qué no sabes que entre fantasías la vida misma se nos escapa hasta el mismo cielo? ¿qué del infierno sufrimos sólo por cobardía y desconsuelos aferrados a nosotros sólo porque queremos?

No importaba para él si los sueños, sueños eran, qué importancia tiene, si la tiene a ella, qué responde a sus miradas y que también lo sueña...

Soy Maggy